Nube

17° Ciudad de México

Jueves 02 de Mayo de 2024

"La gran exclusiva": Bendito sea el periodismo

Agradezco profundamente ver historias como "La gran exclusiva", porque muestran la profesionalidad del periodismo, la humanidad de quienes están detrás y el impacto que tienen en la sociedad.

14 de Abril de 2024 - 21:01

"La gran exclusiva": Bendito sea el periodismo

Por Hauvery Cetina

La semana pasada tuve una crisis después de que una tía mandara un TikTok “informando” todo sesgado y manipulador sobre la situación diplomática con Ecuador. Me enojé e hice berrinche y mi padre tuvo que hacer uso de su antigua autoridad para evitar que me lanzara a los guamazos. Sin embargo, el  coraje me siguió porque amo el oficio del periodismo y sé que sobre el tema hay muchos informadores serios no recibiendo toda la visibilidad que se merece. 

A causa de ello, el periodismo me ha estado resonando mucho estos días. Por eso cuando vi que Netflix estrenó La gran exclusiva me la zumbé. La historia de la periodista de la BBC, la conductora que consiguió entrevistar al Príncipe Andrew, de Inglaterra, después de que se publicara una fotografía suya con Jeffrey Epstein en 2010, y los efectos que tuvo después.

Y la amé. 

Contar una película sin perder las mieles del periodismo

Desde el primer momento advierte: Esta historia está basada en hechos reales. No obstante, algunos momentos fueron alterados para cumplir las necesidades dramáticas de la película. 

Sí, muchas otras películas han dicho y reconocido lo mismo antes, pero no siempre veo esa honestidad. Decir: vamos a mantener la historia lo más real posible; sin embargo, para el medio en que vamos a contarla, necesitamos contar algunas cosas de forma diferente. Es decir: vamos a ser honestos contando esta historia. 

A partir de eso, le siguen varios niveles narrativos que hacen justicia de forma maravillosa tanto al periodismo, como a las necesidades del cine. Narra el proceso noticioso de forma cercana, que hasta me dieron ganas de formar parte de él. Desde un paparazzi buscando una foto escandalosa, a una periodista ambiciosa contactando fuentes por las que otras personas no dan dos pesos, haciendo búsquedas en Google por mera curiosidad, hasta encontrar algo demasiado grande como para no reportarlo. Lo escribo emocionado y sé que lo estoy  simplificando. Me disculpo. 

Y en medio, tiene diálogos brillantes por los que agradezco a los guionistas, actuaciones maravillosas y una Gillian Anderson que nunca me voy a cansar de ver. 

Gracias por contar historias de periodismo

Las formas en que consumimos información y en las que nos enojamos cuando la información no nos complace, han maltratado mucho al periodismo estos últimos años. Esto ha hecho mucho daño no sólo a quienes se dan en la madre para ejercer su profesión, sino a quienes tenemos el derecho a recibir información de calidad, para poder guiar nuestras acciones (personales o ciudadanas) de la mejor manera. 

Agradezco profundamente ver historias como esta, como Spotlight en su momento, porque muestran la profesionalidad detrás de estas historias, la humanidad de quienes las atraviesan, y el impacto que tienen en la sociedad. Saber que informar no es hacer un TikTok con una opinión sesgada, sino romperse el lomo por conseguir información, con toda una estructura de poder en contra; pasar horas preparando una entrevista, calculando clínicamente cada pregunta; preparando el mejor momento para dar la nota, sabiendo los riesgos que corren por hacerlo. 

Hay cosas que me hubiera gustado ver, como narrador: la situación del equipo de Andrew, preparando exactamente el mismo ejercicio, pero en reversa, y más momentos para desarrollar los personajes. Sin embargo, sé que esa no es la función de este guion. Esa no es la historia que busca contar.

Y lo agradezco. 

TEMAS