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Jueves 16 de Mayo de 2024

Zone of Interest: Manual para retratar la tragedia

Esta no es una película sencilla de ver, no porque se plague de imágenes atroces, sino todo lo contrario: no muestra otra cosa que escenas cotidianas de una familia que vive al lado del campo de concentración más mortífero del Holocausto.

18 de Febrero de 2024 - 18:11

Zone of Interest: Manual para retratar la tragedia

Por Hauvery Cetina

Hace unos años, hablando con un profesor (saludos a Juan Carlos), nos preguntábamos si la tragedia debería ser retratada. Esto a partir de una plática que tuvimos sobre los registros más despiadados del Holocausto: las grabaciones de las cámaras de gas. 

 Ver The Zone of Interest me llevó de regreso a esa pregunta. Esta cinta cuenta la historia de Rudolf Höss, comandante encargado de Auschwitz, y su esposa, Hedwig, mientras intentan construir una vida ideal, criar a sus hijos y preservar el lujo… todo en una pintoresca casa de campo ubicada en el terreno al lado del campo de concentración más mortífero del Holocausto.   

The Zone of Interest me devolvió a esas preguntas porque me dio una respuesta: la tragedia puede ser retratada, para que no nos podamos dar el lujo de olvidar las vergüenzas de nuestra historia, pero sin dar un gesto al morbo de twitteros neonazis (por decir lo menos). 

Retos narrativos

Esta no es una película sencilla de ver, no porque se plague de imágenes atroces, sino todo lo contrario: no muestra otra cosa que escenas cotidianas de una familia. Con sus reuniones de té, sus hijos jugando, el esposo yendo al trabajo y la esposa enojada con que transfieran al marido, porque ya hizo hogar en esta casa. Son momentos tan ordinarios que hasta pueden sentirse planos. 

Sin embargo, todo esto sucede con una mezcla de sonido brillante en el fondo. Los balazos, los gritos, los llantos. Las chimeneas siempre activas en el fondo. Un perro inquieto porque es el único capaz de percibir la desgracia. Esa forma de construir la narrativa hace de la película por sí sola un logro de guion espectacular. 

Pese a esto, el mayor logro que veo es que encontró una forma de que sea imposible empatizar con la familia, sentir algo. Ni odio ni ternura. Son mentes vacías como engranes de una historia. Lograr contar una historia, con personajes y arcos que, por lo general, son lo que nos hacen empatizar y querer a los protagonistas, teniendo a una de las figuras más crueles del nazismo en el centro, es difícil. 

 Y aún así lo logró. Rara vez les vemos el rostro completo, no hay un solo Close Up que nos acerque a sus emociones. Las actuaciones buscan intencionalmente no tener personalidad. No hay un solo punto flojo que te permita sentir algo por ellos, y ese es el punto. 

Una llamada de atención

La razón por la que esta historia funciona tan bien, por la que se siente tan cercana hoy en día, es porque no cuenta la historia de un genocidio, si no la de todas las personas que decidieron actuar como que eso no existía, como si fuera un punto de rutina.

Esta película es una llamada de atención para todos quienes aún podemos darnos el lujo de mirar al otro lado frente a la tragedia (y mira que, en nuestros tiempos, tenemos de dónde escoger para que se nos rompa el corazón). 

Esta cinta es una llamada de atención, o al menos así quiero recomendarla, para todos los que pretendan seguir jugando a que hoy día no estamos atestiguando un genocidio, del otro lado del mundo, en Gaza y a manos de Israel. Esta película es una llamada de atención, pienso, un ruego, para que en veinte años no tengamos que ver una secuela sobre la gente que celebró con helado, mientras del otro lado las bombas llovían. 

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